Heathcliff

HEATHCLIFF

En todo lugar existe una persona conflictiva, rencorosa, cruel; esa clase de rasgos definen a Heathcliff.

Sin embargo, este personaje destaca especialmente por su paulatina evolución a lo largo de la historia. Heathcliff no es alguien rencoroso, ni cruel, ni perverso, y mucho menos trata de causar conflicto alguno; claro está, nadie nace siendo alguien cruel, sino que los avatares de su vida lo convirtieron en una persona tosca y amargada.

Destaca su furia contra la sociedad; una furia negra y enraizada. A lo largo de la historia es posible observar cómo reacciona ante el racismo y la segregación económica o social. Esto le causa rabia e impotencia. Si bien se percibe que Heathcliff cambia a causa del grotesco maltrato recibido por su hermano Hindley, es bastante obvio que Catherine es la causante de todos sus quebraderos de cabeza; desde su huída, hasta su regreso, e incluso, hasta su muerte.

Cuando esta dice que casarse con él la degradaría a una vida de miseria, esto es un poderoso golpe para Heathcliff. Ella es su razón de cambio; tras aquella revelación, cambia drásticamente hasta convertirse en un ser frío y vengativo.

Pero no todo en Heathcliff es odio e ira; en él reposa algo de redención humana: ama salvajemente a Catherine, y ese sentimiento es el más puro que experimentará en toda su vida. En algunas ocasiones se percibe que siente aprecio por Hareton, pero es muy complicado discernir si esto es cierto o no.

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